Los Teques.- María Carolina pasó la noche sin pegar
un ojo, y lo que hacía era recordar a su padre cuando maltrataba a su madre y a ella,
y cómo a pesar de tanto maltrato, nunca alzaron su voz, nunca denunciaron. Pero esa experiencia le sirvió
para no repetir esa historia con su pareja.
La
joven de 21 años de edad, creció viendo cómo su padre abusaba de su
fuerza, acción que era normal para ella porque pensaba que eran muestras
de
cariño, pues su mamá nunca se separaba de él pese a recibir
innumerables maltratos.
“Un
día mi papá llegó pasado de tragos y de un momento a otro comenzó a
golpearme por la cara y las piernas, casualmente había un familiar en la
casa y lo sacó. Mi mamá lloraba desconsolada sin darme respuesta
alguna, luego de ese episodio él más nunca regresó”.
María
Carolina manifestó que la experiencia vivida la marcó, pero ello no le
sirvió para su experiencia personal: A los 19 años conoció a un chico
que le mostró los horrores de la violencia de género.
“Lo
conocí cerca de mi casa. Él siempre me trató como a una princesa y sus
atenciones lograron atraparme. Luego de varios meses juntos, cuando aún
era su novia él comenzó a cambiar y me hizo algunas escenas de celos;
pero yo pensaba que eran muestras de amor. A los meses nos fuimos vivir
juntos y ahi empezó mi pesadilla”, cuenta con lágrimas en los ojos.
Primero
empezó a controlar la forma de vestir, negándole la posibilidad de
colocarse la ropa que a ella le agradaba; de hecho, no la dejaba salir
de casa si no era con él. Después llegó a lo físico.
“Luego
de insistir muchísimo el me dejó trabajar y estudiar. Un día llegué
agotada a la casa y quise reposar un rato, pero él llegó
minutos después y se puso como un energúmeno y comenzó a gritar porque
la comida no estaba lista y yo estaba descansando. Le respondí que
estaba agotada y me dispuse a hacerle de comer y fue cuando sentí el
empujón que me llevó al piso, donde el me golpeó
sin descanso como si yo fuera otro hombre”.
La
joven seguía contando que ella pegaba gritos y no había nadie que la
defendiera. Su príncipe azul desistió de su actitud cuando vio que le
salía
sangre por la nariz. Aparte le dejó hematomas en el rostro, brazos y
piernas.
“Su actitud cambió de manera drástica comenzó a pedirme disculpas
y prometió que no volvería a ocurrir, pero que eso que pasó era porque
yo lo había provocado que él me amaba incondicionalmente y que sin mí no
podía vivir, allí volvieron las escenas
que viví de pequeña”.
María
Carolina es una de las miles de mujeres que en la actualidad, padece de
violencia de género la cual se define, según la Organización Mundial
de la Salud, como “el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya
sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona, un
grupo o comunidad, que cause o tenga muchas posibilidades de causar
lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos
del desarrollo o privaciones”.
La violencia de género es un tema del que a pocas personas les gusta hablar, más aún si
han sido víctima de este delito. Pero muchas de las damas,
por desconocimiento, siguen padeciendo agresiones físicas, verbales y
hasta psicológicas, por parte de los hombres que están en su entorno.
La
mayoría de las víctimas no se atreven a denunciar por miedo y temor a
que sus agresores puedan arremeter contra sus seres queridos y en la
mayoría
de las ocasiones siguen patrones, es decir, vienen de un entorno donde
la violencia doméstica formó parte de su vida, de acuerdo a las
declaraciones de la especialista en psiquiatría, Sonia Castelo.
Resaltó
que previos estudios psicólogos arrojaron que la falta de la denuncia
de este delito es el miedo, especialmente al no saber cómo sobrevivir
cuando termine la relación, al perder a sus hijos o al qué dirán. “El
maltratador trabaja la mente de la víctima hasta el punto de que ella se
siente sola y desamparada ante el mundo”.
Aunado a ello, dijo que parte de la población femenina desconoce la ley que el Estado venezolano tiene en su defensa.
Es
importante recordar que para el año 1999 el entonces presidente de la
República, Hugo Rafael Chávez Frías aprobó la Ley sobre la Violencia
hacia
la Mujer y la Familia a fin de erradicar las agresiones en contra de
las damas. El elemento legal fue mejorado posteriormente y es sustituido
en 2007 por la actual
Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
La
ideal del documento legal era tener un aval para que el Estado
venezolano de alguna manera castigara a quien hace daño a las mujeres y
cumplir
con lo establecido en la Asamblea de Naciones Unidas, la cual establece
que la violencia hacia la mujer es catalogada como violación a los
derechos humanos.
Tras
la aprobación de la Ley, el organismo de seguridad estadal inició un
proceso de adaptación con el objetivo principal de brindar toda la
protección
necesaria a las damas del estado Bolivariano de Miranda.
El
organismo de seguridad estadal se reestructuró y en los ocho Centros de
Coordinación Policial instalaron las oficinas de Atención a la Víctima
donde se encuentra personal especializado y capacitado para atender a
esas damas que han sido agredidas. Además de eso el personal policial
comenzó a prepararse profesionalmente para dar el apoyo aquellas
personas víctimas de violencia de género.
El
policía está preparado para identificar a simple vista el hecho
delictivo, sea en flagrancia o no, aunado a ello se ha sensibilizado
para brindar
la atención primaria luego de verse afectada. Asimismo, da apoyo moral a
la víctima y lo insta a continuar con el proceso de la denuncia.
Como
María Carolina existen muchas mujeres en la entidad que han mostrado
confianza en las instituciones especialmente en la Policía de Miranda
por
lo que durante el 2018 lograron detener a 118 agresores de féminas, un
incremento de más del 100% en comparación con el año 2017 donde solo le
pusieron los ganchos a 51 sujetos.
De
igual manera, atendieron a cinco mil 178 personas quienes asistieron a
las oficinas para ponerle fin a la violencia de género. También
brindaron
dos mil 391 asesorías legales.
Los
funcionarios responsables de las oficinas de Atención a la Víctima y de
los diferentes servicios del organismo de seguridad estadal no han
dejado
de hacer su trabajo pues mantienen contacto directo con las damas
afectadas y las guían en el proceso durante la denuncia.
Para
la víctima de violencia de género no es fácil aceptar que
está dentro de circulo vicioso porque la agresión por parte del
victimario no suele ser solamente física y verbal sino también
psicológica, hasta el punto en el que la mujer se hace dependiente
del hombre, es por ello que es muy común escuchar entre ese tipo de
personas “sí me pega es porque me quiere”, “si me cela, me ama” ya que
entran en un estado de shock que no les permite ver más allá tampoco les
da oportunidad de comprobar que cada una de
ellas tiene otro destino marcado, que pueden por sí sola superarse y
ser o que ellas se propongan.
Sonia Castelo, psiquiatra, comentó que
los hombres son agresores motivados por el poder, por poseer a la otra persona.
“Por lo general son egocéntricos, poco asertivas, con baja autoestima, celosa, manipuladoras, personas con ataques de ira.
Además, el agresor tiende a minimizar la violencia”.
La
especialista destacó que un hombre se convierta en agresor influye
mucho su entorno familiar desde pequeño. “Es importante determinar si
vivía
en un hogar violento donde su padre era agresivo o en una familia no
funcional,
siempre tienden a repetir ese patrón”.
La
mujer puede detectar que su pareja puede llegar a ser un agresor,
cuando no respeta sus opiniones, la obliga a tener relaciones sexuales y
es
imponente. Si tiene esas características, es una señal de alerta para
buscar ayuda como terapias de pareja.
Las
féminas deben observar bien durante el noviazgo, si el hombre es
ofensivo con su núcleo familiar y compañeros de trabajo, no se deben
dejar imponer
y llevar una buena comunicación.
En
caso de que la víctima decida denunciar, en cada oficina de Atención a
la Víctima de la Policía de Miranda hay un responsable plenamente
capacitado
para apoyar a las personas y lo primero que la dama agredida recibe de
parte del policía es apoyo.
Durante
el proceso, el funcionario policial hace el enlace con los órganos
competentes, en este caso el Instituto Regional de las Mujeres Miranda
para que la víctima reciba atención principalmente psicológica pues se
ha comprobado que la vida cotidiana de la mujer queda visiblemente
afectada por la situación
de violencia que vivió. También notifican a la Fiscalía
Segunda del Ministerio Público especialista en materia de violencia de
género para que siga el proceso de investigación y posteriormente remita
a los tribunales judiciales de ser necesario.
En este sentido, Ana Gabriela López, abogada,
comentaba que en la actualidad las víctimas denuncian más por el conocimiento de sus derechos a una vida libre de violencia,
debido a la difusión que ha tenido la Ley en
medios de comunicación, además de las campañas de los distintas
fundaciones, ONG’s que defienden los derechos de las mujeres. A eso se
le suma la confianza en las instituciones como
Ministerio Público, Instituto de la Mujer y Policías.
“Hay agresores en todos
los estratos sociales, en los bajos hay más volumen y
tienen más confianza en los organismos; mientras
que los altos no es que no hay casos sino que les da más pena denunciar
por el qué dirán”, dijo la abogada.
Señaló que la mayoría de las personas
enfocan la violencia de género a que la mujer sea
agredida físicamente por su pareja, pero hay varios tipos de violencia
estipuladas en la ley como son: la psicológicala cual conlleva
a las mujeres a disminuir su autoestima, la doméstica donde las damas son violentadasde manera física,
psicológica, intimidación, persecución o amenaza por parte
del cónyuge, el concubino, ex cónyuge, exconcubino, persona con quien
mantiene o mantuvo relación de afectividad, ascendientes, descendientes,
parientes colaterales, consanguíneos y afines”.
La
experta en leyes también definió la violencia sexual que es aquella que
amenace o vulnere el derecho de la mujer a decidir voluntaria y
libremente
su sexualidad, tomando en cuenta también toda forma de contacto o
acceso sexual, genital o no genital, tales como actos lascivos, actos
lascivos violentos, acceso carnal violento o la violación propiamente
dicha. La violencia laboral la cual se basa en la
discriminación hacia la mujer en los centros de trabajo públicos o
privados que obstaculicen su acceso al empleo, ascenso o estabilidad en
el mismo.
En
la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia en el artículo 57 tipifica al femicidio, muertes violentas de
mujeres
por razones de género, como un delito. “Por eso es importante difundir esta ley y concientizar a todos los ciudadanos, a respetar la vida y valores de los demás.
Sí eres víctima de violencia ¿Qué debes hacer?
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Dirígete a la sede policial más cercana, allí encontrarás personal especializado a quien deberás relatar los hechos.
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Inmediatamente
se te tomará la denuncia, donde darás la descripción y los datos del
agresor. También la dirección en la que se le pueda ubicar fácilmente.
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Dependiendo el tipo de agresión, se solicitará examen forense o prueba psicológica.
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Seguidamente se le hará entrega de las medidas de protección
-
Posterior
se le leerán sus derechos como víctima, según lo estipulado en el Ley
Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres en sus artículos 3, 4, 35,37 38
y 50.
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Si
el hecho se cometió en flagrancia el sujeto será aprehendido de manera
inmediata. Si pasaron más de 24 horas se dictan medidas de protección y
luego se buscará una medida conciliatoria con
las partes, tomando en cuenta los dictámenes del Ministerio Público.
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